
Por eso, las compañías petrolíferas, en invierno, preparan gasolinas con una mayor proporción de componentes volátiles lo que permite que se vaporice más fácilmente. Por otra parte, cuando el tiempo es caluroso, no es deseable que la gasolina sea muy volátil porque se vaporizaría con demasiada facilidad. Parte de la gasolina del depósito se perdería por evaporación, lo que además de caro resulta peligroso para el medio ambiente. Además, pueden formarse bolsas de vapor en los conductos del combustible, con lo que la bomba de gasolina no podría funcionar correctamente y no llegaría suficiente combustible al motor.
En resumen, como las gasolinas son mezclas de hidrocarburos con diferente volatilidad, se resuelve fácilmente cambiando la proporción de la mezcla. Cuanto más frío sea el clima mayor proporción de componentes volátiles debe contener la mezcla.
De hecho, las compañías petrolíferas cambian la proporción de la mezcla cuatro veces al año, y no nos damos cuenta, pero lo notaríamos si no lo hicieran.
RAQUEL HUERTA.
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