EL PORQUÉ DE LOS ABRAZOS
Que necesitamos dar y recibir abrazos y caricias para vivir es más que evidente sobre todo durante los primeros años de vida. Estudios en bebés dicen que en ausencia de contacto físico millones de neuronas mueren en sus cerebros. Sin gestos de cariño en la infancia tampoco se produce suficiente hormona del crecimiento, tal y como han demostrado científicos de la Universidad de Duke (EE UU), produciendo lo que se conoce como "enanismo psicosocial".
Además, investigaciones recientes han demostrado que el cerebro de un bebé que
no recibe caricias es aproximadamente un 20% más pequeño.
La
importancia del contacto físico no es menor cuando crecemos, sino todo
lo contrario. Estudios realizados en la Universidad de Carolina del
Norte advierten que cuando otras personas nos tocan o nos abrazan a cualquier edad crecen los niveles de oxitocina, apodada la "hormona del amor", y disminuyen la presión arterial y el ritmo cardíaco. "Pasear de la mano de nuestra pareja durante diez
minutos o, simplemente, un breve abrazo pueden tener un efecto protector
sobre el corazón al comenzar una dura jornada laboral", explicaba Karen
Grewen, coautora del estudio.
JAIME RUIZ, 1ºBACHA
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